La frase “Tengo Sed” tiene un profundo significado espiritual. Fueron palabras pronunciadas en la cruz, según el Evangelio de Juan (19:28), que no sólo reflejan un sufrimiento físico, sino también un anhelo más profundo: la sed de amor, conexión y sanación para la humanidad.
Cuando trabajamos en fortalecer nuestra relación con nuestro Poder Superior, podemos experimentar su amor de manera más pena y, a su vez, sentir el llamado a compartirlo con otros. Saciar esa sed no se trata solo de dar en lo material, sino también de ofrecer apoyo, compasión y presencia a quienes más lo necesitan, en espíritu y en corazón.
Más allá de cualquier creencia religiosa, “Tengo Sed” es una invitación a mirar hacia dentro, a reflexionar sobre nuestra conexión con lo divino y a responder con amor y servicio. Nos impulsa a amar más, a vivir con mayor entrega y a ser instrumentos de sanación y esperanza en el mundo.